Toni Becerra

DOCU SERIE

Fue su madre quien inculcó el arte en su vida, una profesora de Olot que compraba cuadros cuando la pintura era vista como una inversión. Viene de una familia de maestros de la cual hereda la vocación por el aprendizaje y la metodología.

Recién a los treinta años decidió dedicarse a la pintura, al parecer las ganas de volver a pintar y la inquietud creativa lo perseguían, “Durante muchos años pensé lo voy a hacer, lo voy a hacer”. De forma autodidacta comenzó a leer todo lo relacionado con acuarela que estuviese a su alcance, junto con viajar a Londres y Nueva York en búsqueda de nuevas técnicas e inspiración. En Norteamérica recorrió las galerías de Rockport y descubrió a Andy Wyeth que lo dejó fascinado, “Es una acuarela en la que se expresan muchas cosas, no de pinceladas rápidas, atmosféricas o diluidas, él usa una técnica de pintura seca y fondo plano, rascando con el pincel sobre la tela”.

Durante dos años pintó las tumbonas del High Park de Londres y las vendió todas, pero aún no era capaz de encontrar su mundo, su trazo personal. Estaba convencido de que podía hacer más cosas, pero al mismo tiempo tenía miedo por los prejuicios de la edad y los prejuicios respecto de los artistas. “Antes para poder caminar por Olot sin que me dijesen un comentario invasivo, tomaba una carpeta donde llevo mis pinturas y cuando la gente me veía caminar con la carpeta, sentían que estaba trabajando y no me decían nada”.

“Los objetos me dan la libertad de poder cambiar de tema”.

Con la crisis y el nacimiento de su hijo su vida dio un vuelco, dormía poco y decidió dedicar un año a investigar y aprender cosas nuevas. Comenzó a comprar objetos de colección por Internet relacionados con el color rojo, su favorito, que tuviesen además un valor histórico y sentimental. Compró botellas antiguas de Coca Cola, leche, latas, cajas de té, saleros, ketchup y tazas de tiendas elegantes de Paris. “Los objetos los compré y los pinto porque son de mi época, de la adolescencia”. Con ellos descubrió su trazo personal, montando bodegones donde destacan los reflejos, las transparencias y los objetos en primer plano.

“Para mi todo son bodegones no paisajes, la manera en que se estructuran, tienen un fondo, están situados de una forma, son bodegones”

Su proceso creativo va de la mano de la fotografía, cuando algo le gusta se dedica a fotografiarlo. Desde ahí las etapas varían en cada caso y pueden llegar incluso a pasar años desde que fotografió algo hasta que decide pintarlo. Una vez que comienza sufre altos y bajos, como en la etapa del dibujo, que confiesa, lo deja completamente agotado teniendo que alejarse de la obra por un tiempo antes de comenzar con el pincel.

Con los años ha ido educando el ojo, ya no necesita tomar cientos de fotografías, sino que es capaz de ver cuál es el ángulo que necesita y quedarse con él.

En la acuarela encontró el espacio en donde se puede expresar libremente y ya no le importan los prejuicios que existen en torno a la vida de los artistas. “Cuando estoy pintando no estoy pensando si le va a agradar a alguien, yo pinto para mi”.


Toni Becerra
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Director: Katerina Kliwadenko y Mario Novas

Production: KLIWADENKO NOVAS

2015